Traje típico de La Rioja

Traje de la comarca de Logroño

La comarca de Logroño presenta unos trajes típicos riojanos específicos que se consideran de los más elegantes y que muestran la manera de vestir de la sociedad logroñesa el siglo XIX.

En el caso de las mujeres el traje tradicional de La Rioja perteneciente a esta comarca se distingue por estar compuesto por una blusa negra de otomán, del mismo color que la falda, que se distinguía por estar entallada en la cintura y por ser larga. Sobre ella se coloca el delantal, de color hueso confeccionado con vainicas y puntillas. Debajo de este conjunto se lleva la enagua blanca, también rematada con puntillas. La prenda interior es el bombacho (o pololo) que llega hasta las rodillas y lleva una cinta de color como remate junto a las puntillas.

Unos elementos característicos son el pañuelo de muselina que cubre los hombros y anudado en la parte delantera, así como el lazo de pasamanería que cubre el moño.

Las medias blancas y el zapato negro cerrado con una lazada completan el traje femenino.

Este traje típico tiene diferentes variantes -hay que tener en cuenta que las características del atuendo variaban según el nivel económico de la mujer de la época- de manera que se pueden encontrar diferencias sobre todo el los modelos de delantales y pañuelos.

En cuanto a los hombres, el traje tradicional de La Rioja en la comarca de Logroño se puede decir que se compone de una camisa blanca cerrada en las muñecas con puños. Sobre ella va el chaleco -que suele ser de pana estampada o brocada- y la chaqueta, corta de pana negra.

El pantalón, al igual que la chaqueta, es de pana negra y largo -se debe recordar que esta zona es fría en invierno-. Se ciñe a la cintura la faja de color rojo que rodea el cuerpo y que se deja caer con gracia por un lateral del cuerpo.

Los complementos fundamentales de este traje típico logroñés son el pañuelo de colores vivos cubriendo la cabeza y anudado en uno de sus lados, del que se dejan las puntas sueltas. Sobre él se coloca el sombrero de fieltro negro y decorado con una cinta de pasamanería.

La capa parda sobre el hombro y las botas o zapatos abotinados de piel completan este atuendo tan característico.

Traje de Calahorra

La localidad de Calahorra tenía como tradición que cada familia bailase su propia danza en Carnaval, y cada una de ellas llevaba su atuendo distintivo. Esos trajes típicos de La Rioja, llamados de “coletores” han perdurado en el tiempo e identifican a esta ciudad riojana.

Las mujeres llevan la camisa blanca y adornada con pasacintas en los cuellos y los puños, además de una cinta de color. Sobre esta prenda se ve el corpiño, negro, de tela brocada y atado con cordones en la parte delantera.

Sobre el pololo blanco hasta la rodilla y la enagua blanca se coloca la falda de paño en cuyo borde lleva un bies negro. Este conjunto se completa con una sobrefalda de gasa transparente que se recoge en el lado izquierdo con una cinta blanca.

La cabeza se toca con un pañuelo de colores vivos y colocado en forma de diadema, con las puntas hacia afuera.

Para rematar el traje, las mujeres se ponen medias blancas y zapatos negros con un tacón no muy alto.

En los hombres el traje típico de La Rioja, de la ciudad de Calahorra, se distingue también por llevar la camisa blanca, el pantalón del mismo color (o en su defecto negro) y una faja roja rodeando la cintura cuyos extremos se dejan caer en un lateral.

A modo de complementos llevan pañuelos estampados de colores muy llamativos en la cintura y cruzado sobre el pecho; llama la atención un delantal de raso negro con puntilla y flores bordadas, y un gorro alto de flores y cintas de pasamanería.

También llevan medias blancas, pero calzan sus pies con zapatillas de esparto (blancas) con cintas negras cruzadas.

Traje de Ezcaray

Uno de los trajes típicos de La Rioja es el que distingue a la localidad de Ezcaray, fundada por reyes Navarros en el siglo X, algo que se deja ver en su mismo nombre y en las similitudes que guarda su atuendo más tradicional con el de la autonomía vecina.

El traje típico de Ezcaray para las mujeres está compuesto por una blusa de percal con escote en forma de barco y confeccionado con nido de abeja en los bordes, sobre la que se pone una chaqueta de fieltro negro con discretos detalles de pasamanería; se ajusta al talle y, al igual que en la camisa, el escote está cosido en forma de barco.

El bombacho llega hasta la rodilla y sobre él se puede ver la enagua lisa y blanca que queda cubierta por la falda de fieltro -el mismo material que la chaqueta- con una greca claramente visible en la parte inferior, que está pintada o bordada a mano.

Las medias llegan hasta la rodilla, son lisas y están elaboradas con lana blanca. Los pies se calzan con zapatillas de piel marrón vuelta y cogidas a la pierna con cintas negras.

Este es un traje tradicional austero, sin demasiados complementos, y el tocado del pelo también sigue esta pauta, puesto que se recoge en un moño bajo con lazo.

El traje típico de La Rioja en la zona de Ezcaray -en el caso de los hombres- se crea uniendo la camisa de percal blanco, con tirilla y lorzas, sobre la que lleva una chaqueta de color tabaco, corta, con pequeñas solapas y abotonadura de trencillas.

El pantalón llega hasta debajo de la rodilla y lleva una abertura en los laterales que se cierra con un cordón negro. La faja que rodea la cintura deja colgar sus extremos por el lado izquierdo.

En la cabeza se suele llevar un gorro forrado en piel de conejo -este detalle también deja traslucir la necesidad de protegerse del frío- que cuenta con enormes orejeras que pueden bajarse según convenga.

El calcetín blanco es liso y llega hasta la rodilla. Completa este traje típico el calzado, una zapatilla de piel marrón vuelta con cintas negras, muy similar al calzado femenino.  

Doncella de Santo Domingo

En la comarca de Santo Domingo existe un traje típico muy especial y espectacular llamado “Doncella de Santo Domingo”. Este atuendo se deja ver en las fiestas de Santo Domingo de la Calzada, época en la que salen en procesión las muchachas vestidas de doncellas con el santo patrón.

Este traje tradicional se compone de una túnica blanca en su vertiente más purista, o un vestido largo blanco -se va imponiendo poco a poco- que se debe ceñir a la cintura y que lleva la imagen del santo en la parte delantera. También llevan las medias blancas y lisas, al igual que los zapatos.

El elemento más espectacular de este traje tradicional de La Rioja es el cesto cubierto de tela blanca de raso fruncida que le da un aspecto más atrayente, y que se cubre con un tul. Este tapa a las chicas hasta la mitad del talle, de tal manera que desde lejos es difícil distinguir sus facciones. Este cesto lo sujetan las chicas gracias a dos cuerdas cosidas en su parte interior y que funcionan como unas asas.  

Traje de Arnedo

El traje típico de La Rioja no es uno, sino muchos, y uno de los que componen esta riqueza en la indumentaria es el de la comarca de Arnedo. Aunque varía dependiendo de las ocasiones, el que más representa a la localidad de Arnedo y a toda la zona es el que proviene de la sierra.

En el caso del hombre, se distingue la camisa blanca lisa, sin adornos ni bordados, cuyas mangas se cierran en puños. Sobre esta prenda el traje tradicional de La Rioja lleva un chaleco de pana, que sí puede ser estampado o con brocados, algo que da una apariencia más atractiva al conjunto de la parte superior. Las piernas se cubren con unas medias de perlé blancas y caladas, sobre las que van los pantalones. Estos son de color negro y de pana -al igual que el chaleco-, llegan hasta la altura de la rodilla y están abiertos en la parte inferior por los laterales. La faja roja rodea la cintura y se deja caer sobre un lateral, con lo que adquiere una mayor presencia visual en este traje típico de La Rioja. El detalle final se lo da el pañuelo anudado al cuello, estampado con colores vistosos y que contrasta con la pana negra.

En el caso del traje tradicional de La Rioja para las mujeres de Arnedo, la blusa ya no es blanca sino negra y de tela brocada -más rica que en el caso de los hombres-, aunque en los puños y el cuello sí llevan una puntilla blanca. Sobre los hombros se coloca un mantón fino y estampado confeccionado con lana merina y que le da una personalidad única a este traje típico.

Las medias de hilo están caladas y sobre ellas va el bombacho y la enagua bajera. La falda está hecha con paño y es de un solo color, pero se pueden ver cosidas cintas de terciopelo negro colocadas en horizontal. Sobre ella, el delantal negro y brocado que se adorna con puntillas negras y piezas de azabache. Para completar este traje tradicional, el moño se cubre con un lazo de pasamanería y los pies se calzan con zapatillas negras.

Traje de los danzadores de Anguiano

Uno de los trajes típicos de La Rioja es el que visten los danzadores de Anguiano, una de las danzas tradicionales más antiguas y espectaculares de la región. En ella quienes la llevan a cabo lo hacen subidos en unos zancos de cincuenta centímetros de altura que van sujetos a las piernas; con ellos deben bajar una pendiente empedrada girando sobre sí mismos.

El traje típico de esta localidad y de esta tradición consta de una camisa blanca lisa, cerrada con puños. Sobre ella se coloca el chaleco, que está compuesto por vistosas cintas de raso, anchas y de distintos colores.

Llevan medias blancas de perlé caladas y, sobre ellas, el pantalón negro de pana que se abre a la altura de la rodilla para que resulte más cómodo. La espectacularidad de este traje se centra en la saya o falda de tela adamascada amarilla y con mucho vuelo, esta se abre en la bajada y ese vuelo consigue atraer la atención. Los danzadores pueden llevar una faja rodeando la cintura cuyos extremos cuelguen sobre un lateral.

Las zapatillas sobre los zancos de esparto y se atan con cintas negras cruzadas a la pierna.

Traje de Alfaro

Entre los trajes típicos de La Rioja existe uno que deja ver la huella musulmana en su configuración -en estas tierras también estuvieron los musulmanes y con ellos parte de su cultura-. Esta herencia se percibe en el traje tradicional de la mujer de Alfaro.

Se compone de una blusa de terciopelo negro entallada al torso con escote en forma de pico; el cuello y las mangas están rematadas con puntillas blancas y estrechas.

En la parte inferior, las piernas se cubren con medias blancas y lisas hasta la rodilla, elaboradas con lana, sobre las que está el bombacho y la enagua lisa de color blanco. La falda que va sobre estas dos piezas está confeccionada con tela de fieltro de un color liso. El delantal contrasta con la falda por el color, blanco inmaculado; lleva algunos adornos de pasamanería que lo enriquecen visualmente.

El pelo se recoge en un moño y la cabeza se toca con el elemento más significativo y en el que aparece ese reflejo musulmán: un gorro de terciopelo negro abierto en la parte trasera del que sale un velo blanco que rodea la cara de la mujer que lleva este traje típico de La Rioja.